sábado, 12 de junio de 2010

Parte 8 ... penútimo

Nadando en aquella superficie iluminada, repampanante, destellante, sublime, suborbital. En él me movía, mis pies y sostenes jugaban a bailar, reproduciendo llamas y fuegos artificiales. Canten estrellas, canten esqueletos, canten flores, cante universo, canten ojos, canten bizcochos, cante cerezo, cante kimono, canten esculturas, cante viento táctil, canten desde las entrañas, que sus versos sean estentóreos y pasionales… canten para que pueda seguir su compás, canten y resuenen para yo poder imitar a la vida que viste suave seda.

Cronos muerto yacía, tendido su cuerpo hermoso y celestial sobre su cosmos. Así que hallábame danzando carácter, susurrándole a la luna, tocando sus velos, mi cuerpo derramando lluvia, lágrimas y sangre; la presión que se ejercía sobre mis raíces, la cual el infierno de Dante conoce, se había convertido en nube rosa.

¡Exprime gracia arquera! Emana polvos arcoiris, muestra a tu (tú) bosque la Vía Láctea que puedes dibujar, sonríe a la nobleza española poseedora de una bufonesca sacralidad. Con tus saltos alcanzas a Júpiter, vuelta tras vuelta, inquebrantable, poderosa, besando al cansancio, nunca para de abrazar a las miradas inspiradas, observa al hermoso lejano, sigue y saborea tu sudor… sigue a las sombras de la tinta en partitura.

Mi sangre también bailaba con euforia, me hacía cosquillas, mis pulmones se agitaban y dentro de este ser, ocurría justo lo que había creado hace segundos; allegro, sinfonía de percusiones. Ahora inmóvil, musa del mundo, de ropajes místicos y verdes, carcajeando con el espejo, apreciando la música del único y público, amando con sus manos mánticas, sistemas de galaxias que nunca has visto teñían su pecho.

Mujeres











Al capturar estas imágenes, una señora española se puso punk porque le tomé una foto >.<>