lunes, 23 de mayo de 2011

Mi amor es salado.

Normalmente no me gusta explicar de qué hablan mis textos. Pero para que este cumpla la función que yo quiero diré de qué se trata: "" es una pequeña historia que trata sobre una chica que es amante del mar.

Despertaba entre tu arenoso alrededor como las diosas del Olimpo, entre la diminuta materia infértil que besaba cada poro de mi tostada piel. Respiraba conscientemente mientras aguardaba con terror tu llegada.
Tus burbujeantes y blancas extremidades escalaban con elegancia mis manos y pies. Me adentré en ti con contracciones, serenidad, desafío y una patética entrega.
Observaba tu majestuoso azul, tu asquerosa vida, tu fluido movimiento, tu impenetrable fuerza, tu sofocante belleza...
Me iba hundiendo, mi poder dilataba las pupilas de la hierba, hacía a mis venas jadear. Me acercaba, trazabas espirales invisibles entre mis piernas.
Ahora me cubrías por completo. Dejé de pisar la Tierra, ya no pertenecía a ella. Flotaba en medio de la luz filtrada.
Latíamos al mismo compás mientras me susurrabas olas sobre el hombro. Todos tus minerales saboreaban mi cabello sin gravedad.
Bailábamos, girabas mi cuerpo, manipulabas mis miembros, sostenías mis órganos.
Cuando quisiste bañar mis labios entraste con violenta euforia a mis pulmones. Mi cerebro se congeló, mis entrañas no respondieron, mi sangre colerizaba por salir.
Palidecía, ya no te sentía, me amabas, me estrujabas y me decías tiernamente: adiós.
Abrazaste mi inerte cuerpo hasta devolverlo a la orilla.

sábado, 14 de mayo de 2011

Radiante Gris.

Lo claro de las hojas verdes, lo oscuro del lodo.

Lo claro de las faldas que vuelas, lo oscuro del teatro sin luces.

Lo claro de la piel, lo oscuro de salpicar sangre.

Lo claro de las ventanas con cortinas que besan, lo oscuro de lo podrido.

Lo claro del polvo de colores, lo oscuro de la agonía.

Lo claro de la sal marina, lo oscuro del océano que ahorca.

Lo claro de los rizos enredados, lo oscuro de las venas enredadas.

Lo claro de las mejillas rosadas, lo oscuro de los órganos atravesados.

Lo claro de besitos en el estómago, lo oscuro de las lenguas cortadas.