sábado, 6 de marzo de 2010

Parte7

El ahora mutó y mi relato tango bailó junto a éste.
Aura acariciaba el sillón junto con mi pasto superficial, sus raíces eran ya las únicas en escena, hasta que noche atravesara mi puerta.
¿Escuchas? Rugidos de caucho, euforia de timbres, el eco cantado a modo de chanza, luces que derraman lágrimas, el calor rosa que suave te toca, un millar de tacitas adornadas con leche viviendo en su interior, mi ombligo interno llenándose con nubes, y las cascadas que la flauta derrama. Revolotea tinta natural e mí, arqueros que deslizan carrizos acróbatas para llegar a aquella garita, en donde duerme el papel. El papel era el poder para montarme sobre el fénix y así probar la pimienta con orégano, el acordeón retórico y la tierra que inventa que el mundo es otra cosa y volar como mariposa.
La tierra que da un calor que me deja, brilla por dentro hacía que el nudo rojo en tu garganta exprimiera océanos… la necesidad.
Satisfice todo mi ser al observarme en el sólido líquido, destrocé el hermoso, achacoso y doloroso cordel de vidrio que hacía necesitarte. Aquí me ilumino de amarillo curveado al verte pasar, nada me hace más feliz.

No hay comentarios:

Publicar un comentario